"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Opinión
En la buena dirección
Elecciones europeas
José Manuel González Huesa, director de “cermi.es semanal” y director general de Servimedia
01/04/2014
Las elecciones son una oportunidad para hacer propuestas y presentar soluciones a los problemas. ¿Cuál es el principal problema en España? El paro. Y su consecuencia: la pobreza. ¿Qué puede hacer Europa por nosotros? ¿Qué medidas se pueden tomar desde Bruselas? ¿Cómo se puede ayudar a los sectores más desfavorecidos?
Estas preguntas exigen respuestas. Y los partidos políticos tienen que asumir su responsabilidad. Tienen una oportunidad en las próximas elecciones europeas del 25 de mayo. Los datos son demoledores.
Una de cada cuatro personas con discapacidad en España (25 por ciento) tiene una alta probabilidad de caer en la pobreza. Esta estadística sitúa a nuestro país por encima de la media europea (21,1%) y muy por encima de las personas sin discapacidad en la Unión Europea (14,9%). Esta es una de las consecuencias del impacto de las medidas de austeridad de los gobiernos europeos sobre los derechos de las personas con discapacidad.
El mayor impacto de la crisis se está cebando con el empleo y las prestaciones en materia de dependencia. Pero si se certifica que salimos de la crisis, la situación tiene también que mejorar para un colectivo tan vulnerable como el de las personas con discapacidad.
Faltan estrategias para avanzar y mostrar que las personas con discapacidad son fuente de ventajas competitivas y forman parte de la innovación social.
Hay una perspectiva de género que es más contundente en el impacto de la crisis. Las mujeres con discapacidad se han convertido en las personas más pobres del mundo, las que más sufren los efectos de la crisis. Hace falta un compromiso social para luchar contra esta desigualdad.
Y medidas realistas, concretas, para paliar esta situación, porque, además, un 23 por ciento de las personas sin hogar tienen alguna discapacidad, sufren más agresiones y un peor estado de salud que las que no tienen discapacidad.
Hay indicadores que permiten arrojar algún tipo de esperanza, especialmente en el mercado de trabajo. Y aumentan las tasas de personas con discapacidad con estudios secundarios y superiores. Pero se necesitan más medidas de apoyo y convertir las limitaciones de la crisis en oportunidades, ayudar con medidas específicas y evaluar las acciones que se realizan. En Europa se tiende a diseñar programas generalistas, pero faltan medidas específicas y evaluables para ser eficaces.
La austeridad ha tenido un impacto negativo sobre los mecanismos de promoción y protección de las personas con discapacidad. Los servicios sociales también se han visto afectados por estas medidas. Cada vez hay más desigualdades en el acceso a los servicios sociales y sanitarios y el sector de la educación se ha visto particularmente afectado por las medidas de austeridad, sobre todo en los países (como España) que están padeciendo la crisis económica más severa.
En servicios sociales, ha habido recortes en los presupuestos, en la financiación y en el apoyo a las organizaciones representativas de la discapacidad. El retraso de los pagos ha supuesto un fuerte impacto negativo para el sector.
Los derechos fundamentales han pasado a un segundo plano. Demasiado desempleo, mala educación, pobreza y exclusión social.